
La Mezquita de Córdoba resulta una obra arquitectónica de visita imprescindible, tanto por su belleza, cómo por los siglos de cultura que esconde. Podríamos enumerar una infinita lista de razones por las que visitar el casco antiguo de Córdoba nunca deja indiferente, mezcla de culturas, el blanco de las fachadas, las flores de los patios en temporada.
Para nuestros residentes, las salidas a la ciudad se convierten en visitas muy especiales, ya que muchos se criaron en la capital y también, porque al fin y al cabo es su tierra, sus monumentos, sus calles, las que les transportan a su juventud, a sus recuerdos. Pero, no importa la edad o que ahora hayan cambiado el ritmo de sus piernas por el ritmo de las ruedas, ya que pueden seguir visitando cualquier espacio junto a trabajadores y familiares.
A finales del mes de septiembre, los residentes de la residencia de Alcolea disfrutaron de un paseo por la zona del Puente Romano, la Puerta del Puente y la Mezquita-Catedral. Al final de la visita al interior de la Mezquita, los residentes tomaron un descanso en el Patio de los Naranjos para regresar después a comer a la residencia.